
Parece mentira que en medio de la situación actual de recorte de gasto publico el FICOD haya logrado sobrevivir pero alguien debe haber puesto un poco de inteliegencia a las decisiones y darse cuenta de que el valor económico que aporta en congreso es mayor que el gasto que genera. Más sobrio sí, más profesional y quizás menos espectacular pero no por eso menos últil. El FICOD se ha consolidado como un referente en las nuevas tecnologías, no solo en los contenidos en sí. Con una papel de relevancia similar al que tuvo el SIMO en los años 90.
Merece aquí una mención Sebastián Muriel que lo impulsó y mimó en su día y que ahora anda por otras aventuras. Este año pocos cuadros de la Administración Pública había por allí. Unos porque casi se han ido, los otros porque aún no han llegado.