Transformación digital e ilusión

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El proceso de transformación digital de una organización es un proceso de cambio. No existe cambio sin ilusión, sin una visión de cómo será el futuro después de ese cambio. Ese futuro esperanzado, mejor, que nos sirve para emprender acciones, nos siempre sencillas para conseguir ese futuro.

Fuera de la adolescencia donde el cambio y el riesgo se afronta de forma apasionada y casi a veces algo temeraria los procesos de cambio nos hacen surgir dudas, nos obligan a plantearnos lo que se puede perder y los riesgos y costes relacionados con ese proceso. Nos cuesta identificar el coste de la no acción, y existe una tendencia natural a pensar que el futuro será igual al presente, aunque la realidad nos demuestre de forma testaruda que eso no es así.

He visto muchas organizaciones afrontar sus procesos de transformación digital como un mal menor, como un proceso doloroso pero necesario. He visto otras muchas en cambio ser capaces de visualizar un futuro donde la organización ha aprovechado ese cambio para ser mejor y más grande. Se mezclan aquí factores empresariales y personales, aspectos financieros, pero también psicológicos. Empresarios entusiastas que ven una oportunidad y que a la vez son capaces de tener la sangre fría para analizar el riesgo y tomar las medidas necesarias para acotarlo.

La diferencia es sustancial en la propia definición de los proyectos. Unos intentan hacer lo mismo de forma más eficiente, pensando que las nuevas tecnologías les permitirán mejorar los procesos que ya tienen. Otros en cambio son capaces de ayudarse de esa tecnología para hacer otras cosas, las que antes no se hacía, para pensar lo que se podría hacer y no en lo que se hace. Pensar hasta donde puedo llegar y no tanto en donde estoy ahora.

En algunos procesos nos encontramos con que la base son los clientes que ya tengo. Te hablan de sus clientes y de su mercado. Del que ya conocen. He encontrado clientes diciendo que el SEO a ellos no les traía clientes, simplemente porque no habían sido capaces de posicionar nada. Otros nos siguen hablando de la importancia de las ferias porque sigue siendo de donde sacan sus clientes, sin darse cuenta de que la mayoría de nuevos clientes ya no están allí.

Un proceso de transformación digital capaz de convertir un sueño en realidad se enfrentará al reto de identificar los clientes potenciales de verdad, los que están ahora fuera de nuestro alcance, en esos nichos de crecimiento, en esos nuevos patrones de conducta y de consumo. Se enfrentará al proceso de gestión empresarial con sistemas de gestión integrados donde las cuestiones administrativas, de gestión de proveedores, de gestión de clientes esté integrado y nos permita no solo repetir procesos como antaño sino establecer sistemas que sobre todo nos permitan obtener datos. El uso de los datos de los clientes actuales y pasado sigue siendo una mina de oro infrautilizada. Un mercado al alcance de la mano que la mayoría de empresas dejan sin aprovechar.

Los aspectos de ciberseguridad, de automatización, de gestión en la nube, de blockchain o de IoT son las notas con las que podremos construir una hermosa partitura, pero para eso primero tenemos que oír la melodía dentro de nuestra cabeza. Sentir la ilusión de lo que podemos llegar a hacer.

Leonard Pera